Mi viaje a China (7 de 7): Pekín


¡Hola! Para terminar las historietas de mi viaje, hoy os cuento lo que hicimos el último día en Pekín.



Día 10.- Templo Lama, Templo y Escuela de Confucio y Templo Taoísta.

La tarde anterior preparamos lo que sería este día, y para ello nos hicimos una lista de lo que nos quedaba por ver, localizamos los lugares en el mapa, comprobamos horarios, y apuntamos todas las paradas y líneas de metro que tendríamos que coger.

En nuestro último día, y tras el desayuno, lo primero que visitamos fue el Templo de los Lamas, que es el templo budista tibetano más importante fuera del Tíbet. Cuando salimos del metro, ya el olor a incienso te indica que estás en el lugar correcto. Si comienzas a caminar, puedes ver gran cantidad de tiendas dedicadas a este producto. Es un conjunto de edificaciones que, en un principio servirían de residencia imperial, de ahí que sus tejados sean amarillos, el color del emperador.



La nube de incienso te rodea, y el ambiente es bastante más relajado que en el resto de la ciudad.


En el pabellón de las Diez Mil Felicidades se encuentra la figura del Buda Maitreya (representa al Buda del futuro), tallada en una única pieza de madera de sándalo blanco.



Cruzando la calle por la que entramos al Templo Lama, encontramos otra calle que nos lleva hasta el Templo de Confucio que, si bien es mucho más humilde y monótono que el anterior, se encuentra junto a una escuela imperial de confucianismo que tiene mucho que observar. Visitando este templo y esta escuela, comprendí muchos de los comportamientos chinos que vemos hoy en día.





Si suspendías, o te portabas mal.....


La sala de exámenes:


La sala de descanso de los profesores:


Ofrendas de los estudiantes para aprobar los exámenes



Por la tarde, visitamos el Templo Taoista, bastante apartado del centro y a una distancia considerable de la boca de metro más cercana, por tanto, menos visitado que los anteriores. Es la sede de la Asociación Taoista China. Tuvimos la gran suerte de llegar justo a tiempo para asistir a una ceremonia tradicional. Os aseguro que fue el momento de mayor relajación del viaje: con su música y la paz que se respiraba, no queríamos que se acabase!!




A partir de ahí, callejeamos y buscamos un lugar para cenar, así que aquí termino de contar mis andanzas por China. Espero que os hayáis entretenido, o que os sirvan de ayuda si necesitáis orientación para vuestro próximo viaje a este país. ¡¡¡Gracias por leerme!!! 

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